martes, 2 de marzo de 2010
El pasado 21 de febrero la noche temática de la 2 emitió un documental acerca de la transexualidad en Iran. Fue en más de un sentido sorprendente y clarificador del desquicie que tienen de oficio las autoridades en Teheran.
Pese a lo que pudiera pensarse en un principio el régimen de los Ayatolas es más que propicio a las operaciones de cambio de sexo. De hecho la República Islámica de Irán tras Tailandia es el país que mejor cobertura da a este tipo de intervenciones y su número no para de crecer. Fue el propio Jomeini quien dictó la Fatwa autorizando a hombres y mujeres para cambiar de sexo durante el año de 1983. Anteriormente a esto habían sido represaliados y hostigados al englobarlos la teocracía iraní en el colectivo gay sin matices ni cortapisas. Tras la fatwa el "divide et impera" se hace patente en el desprecio y odio que el colectivo transexual, en occidente intimamente unido a los homosexuales, supura hacia sus antiguos compañeros de penurias antes del 83.
Pero como el documental no deja de apuntar y descifrar bajo esas paternalistas y benevolentes primeras intenciones se halla un simple mecanismo de alienación y persecución religiosa de homosexuales. No se ceja en empeños ni se escatima en recursos. Ya sea poniendo agentes sociales encargados de cantar las bondades de dar el paso a los más que dubitativos candidatos a cambiar los vaqueros por el chador, ya fuere mediante la policia moral integrada por voluntarios del regimen de los clerigos que acosan a los que titubean mediante vejaciones y multas.
La sharia que impera a sus anchas en la antigua tierra persa es benevolente para aquellos que doblan la cerviz. Y permite dormir más tranquilos a los muchachos de Ahmadineyah sabiendo que en su terruño las churras son churras y las merinas son merinas sin grises de tipo alguno , operacion mediante of course.
Estremece y conmueve hasta el extremo ver la cara de las "candidatas" en el previo al quirofano mientras contestan masculinos y apáticos la pregunta que les hace el realizador del documental :
"¿Te operarias si no estuvieses en Iran?. "
"No, no lo haría. En Occidente no sé como son las cosas pero aqui es la mejor oportunidad para mí".
Pero el documental guarda más platos fuertes inimaginables para la opinión pública occidental en una dictadura tan hermética como tiránicamente férrea en el plano moral. Una de las personas que se someten a la intervención para cambiar del sexo masculino al femenino lejos de haber encontrado la arcadia que le vendieron cirujanos, funcionarios de la república islámica y transexuales a nomina del estado para convencerle, se hallaba en una casa de acogida con otras mujeres transexuales. Muy lejos de haber conseguido el respeto o el bienestar prometido, lejos incluso de poder volver con su familia quienes vivían en el medio rural y la rechazaban de modo vehemente. Pero lo mejor llega cuando comenta como subsisten ella y sus compañeras de infortunio, son "casadas" por horas o días por el Estado para hombres que quieren gozar de sus favores pero de acuerdo con el gobierno. Prostitución institucional de muchos kilates, el tomate de los remates de las contradicciones y el doble rasero de los teocratas farsís a quien les sale la jugada redonda un potencial homo menos y una obrera del amor gratis a mayor gloria de Jomeini y su fatwa.
Os recomiendo que a pesar de lo duro del mismo no os perdais este documento que sin duda te hace pensar sobre la naturaleza humana y la persecución sexual en Irán.
Pero como el documental no deja de apuntar y descifrar bajo esas paternalistas y benevolentes primeras intenciones se halla un simple mecanismo de alienación y persecución religiosa de homosexuales. No se ceja en empeños ni se escatima en recursos. Ya sea poniendo agentes sociales encargados de cantar las bondades de dar el paso a los más que dubitativos candidatos a cambiar los vaqueros por el chador, ya fuere mediante la policia moral integrada por voluntarios del regimen de los clerigos que acosan a los que titubean mediante vejaciones y multas.
La sharia que impera a sus anchas en la antigua tierra persa es benevolente para aquellos que doblan la cerviz. Y permite dormir más tranquilos a los muchachos de Ahmadineyah sabiendo que en su terruño las churras son churras y las merinas son merinas sin grises de tipo alguno , operacion mediante of course.
Estremece y conmueve hasta el extremo ver la cara de las "candidatas" en el previo al quirofano mientras contestan masculinos y apáticos la pregunta que les hace el realizador del documental :
"¿Te operarias si no estuvieses en Iran?. "
"No, no lo haría. En Occidente no sé como son las cosas pero aqui es la mejor oportunidad para mí".
Pero el documental guarda más platos fuertes inimaginables para la opinión pública occidental en una dictadura tan hermética como tiránicamente férrea en el plano moral. Una de las personas que se someten a la intervención para cambiar del sexo masculino al femenino lejos de haber encontrado la arcadia que le vendieron cirujanos, funcionarios de la república islámica y transexuales a nomina del estado para convencerle, se hallaba en una casa de acogida con otras mujeres transexuales. Muy lejos de haber conseguido el respeto o el bienestar prometido, lejos incluso de poder volver con su familia quienes vivían en el medio rural y la rechazaban de modo vehemente. Pero lo mejor llega cuando comenta como subsisten ella y sus compañeras de infortunio, son "casadas" por horas o días por el Estado para hombres que quieren gozar de sus favores pero de acuerdo con el gobierno. Prostitución institucional de muchos kilates, el tomate de los remates de las contradicciones y el doble rasero de los teocratas farsís a quien les sale la jugada redonda un potencial homo menos y una obrera del amor gratis a mayor gloria de Jomeini y su fatwa.
Os recomiendo que a pesar de lo duro del mismo no os perdais este documento que sin duda te hace pensar sobre la naturaleza humana y la persecución sexual en Irán.
7 Comments:
Muy buena tu entrada,escalofriante.
Me veré el documental.
Saludos.
Lo mismo digo, veré el documental. Como todo régimen autóritario ( y en este caso además teocrático) es de suponer que hay excesos a mansalva, pero lo de la prostitución institucionalizada me ha dejado alucinado.
Qué fuerte...
Ya decía yo que no podía ser que fuera tan fácil eso de operarse así como así, ale, vengaaaaa. Y más en un país donde la libertad sólo la tienen los tiranos que mandan.
Cuando disfrute de conexión a internet sin censura (curro bendito, al menos me da blog), veré el documental, se muestra intersante.
Saludos ^^
PD: sí leí Festín..., lo quiero releer para tenerlo fresquito cuando salga el 5º xD
Interesantísimo documental, de visionado más que recomendado. La verdad es que resulta chocante ver las sorprendentes contradicciones del régimen iraní. Están locos, como dirían en Astérix.
Gen melin :$
PD: Estoy malita :(
Lo curioso del tema,
y aprovechando para hacer un poco de demagogia barata, luego se verán foribundas críticas a la Iglesia Católica por sus represalias contra el colectivo homosexual, obviando totalmente otras versiones mucho más dictatoriales y terroríficas.
Pero claro, el poder de lo políticamente correcto puede contra una verdadera crítica social sin caretas de por medio.
Un abrazo.
"Casadas por horas", bonita forma de llamarlo. También veré el documental en algún momento en el que no esté trabajando, estudiando o durmiendo (puede que para el domingo 14 xD) y te comento. Un saludo :)
Minuto 45 del documental: "Contrato matrimonial Islámico temporal"
La ETT de las transexuales iraníes parece. Échale guindas al pavo.
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